Llegó septiembre y, con ello, la vuelta a la rutina para la mayoría de nosotros. Esos codiciados días estivales al sol, quizás en la playa o en la montaña, van llegando a su fin. Ahora toca cerrar maletas para rencontrarnos con la normalidad de nuestro día a día, que incluye ¡la vuelta al trabajo!, lo más arduo para muchos. Y tú, ¿cómo lo estás llevando?
Nuestra vida cotidiana suele estar cargada de exigencias y responsabilidades, que requieren de esfuerzos por nuestra parte para responder ante ellas con eficacia, y que pueden llegar a generarnos altos niveles de estrés en determinadas ocasiones. El estrés asociado al trabajo es un mal que, si bien siempre ha existido, está in crescendo en la sociedad actual, siendo el segundo problema de salud más frecuente entre los trabajadores, después de los trastornos musculoesqueléticos, de acuerdo con los datos de Eurostat. El estrés laboral afecta negativamente nuestra salud y esto es debido, en parte, a que nuestra respuesta fisiológica al estrés sigue manteniéndose fuera del ámbito laboral, es decir, en ausencia de la fuente de estrés que la provoca (Brosschot, Van Dijk & Thayer, 2007; Hjortskov et al., 2004). Por otro lado, los estudios muestran que la recuperación de los trabajadores tras sus jornadas laborales suele ser insuficiente, debido en gran parte al exceso de trabajo (Geurts & Sonnentag, 2006). Poder recuperarse de las jornadas de trabajo es fundamental para poder gozar de salud física y mental.
En este sentido, las vacaciones son realmente eficaces para la recuperación del organismo y resultan fundamentales para la preservación de la salud global de los trabajadores. Se ha demostrado que, incluso si son de corta duración (de 4 a 5 días), las vacaciones tienen efectos positivos en nuestra salud y bienestar psicológico desde el primer día (Bloom et al., 2009, 2010, 2012, 2013). Sin embargo, algo que resulta sorprendente es que sus beneficios desaparecen rápidamente tras retomar el trabajo. Un estudio realizado por Bloom et al. (2012), puso en evidencia que en el primer día de regreso de las vacaciones, cuando el 92% de los participantes todavía no había retomado el trabajo, los efectos positivos de las mismas seguían existiendo, aunque en menor medida; sin embargo, a los tres días de su regreso y cuando ya todos se habían reincorporado al trabajo, estos efectos habían desaparecido por completo. Esto sugiere que los estresores asociados al trabajo juegan un papel importante en la desaparición de los efectos positivos de las vacaciones. De acuerdo con la ciencia, independientemente de la rapidez con la que desaparecen los efectos de las vacaciones, disponer de ellas con regularidad es fundamental para nuestra salud y bienestar, pudiendo la frecuencia resultar incluso más importante que la duración de las mismas (Bloom et al., 2013; Bloom el al., 2012).
Con respecto a nuestro estado emocional, al regresar de las vacaciones, de un tiempo de descanso y goce, nos confrontamos a la realidad de nuestra cotidianeidad que, como decíamos, conlleva responsabilidades y exige esfuerzos. Esta reanudación de nuestra vida cotidiana y laboral supone un cambio con respecto a los días de calma y diversión anteriores, que nos exige hacer ciertos ajustes en nosotros mismos que nos permitan readaptarnos y responder a las exigencias de nuestro día a día con eficacia. Esto, que no está exento de estrés, puede explicar que la vuelta a la rutina nos produzca cierto malestar emocional. Es más, algunas personas cuando regresan de sus vacaciones y se reincorporan a su vida habitual pueden presentar una sintomatología depresiva, o lo que se conoce como Depresión postvacacional o Síndrome postvacacional. Ahora bien, es importante aclarar que no todas las personas que volvemos de unas vacaciones nos vamos a deprimir, ni vamos a experimentar esos sentimientos de tipo depresivo con la misma intensidad, pues esto va a depender de múltiples factores; pero sí es posible, como decíamos, que con la vuelta a la rutina nuestro estado de ánimo se vea un poco afectado. Así que, procura tomártelo con calma y retoma tus responsabilidades de manera progresiva, tratando, por ejemplo, de no reincorporarte al trabajo inmediatamente después de tu regreso de vacaciones y de no cargar tu agenda de actividades desde el día uno de tu llegada.
¡Mucho ánimo para esa vuelta a la rutina!
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Ana Isabel García-Izquierdo Peribáñez
Psicóloga y psicoterapeuta
Graduada en psicología, especializada en psicología clínica y psicopatología integrativa por la Universidad Paris Descartes (formación académica, profesional y de investigación), psicoterapeuta con un enfoque integrativo certificada por la ARS de Île de France y Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia.
Brosschot, J.F., Van Dijk, E., & Thayer, J.F. (2007). Daily worry is related to low heart rate variability during waking and the subsequent nocturnal sleep period. International Journal of Psychophysiology, 63, 39-47.
De Bloom, J., Geurts, S.A.E. & Kompier, M.A.J. (2013). Vacation (after-) effects on employee health and well-being, and the role of vacation activities, experiences and sleep. J Happiness Studies, 14, 613-633
De Bloom, J., Geurts, S.A.E. & Kompier, M.A.J. (2012). Effects of short vacations, vacation activities and experiences on employee’ health and well-being. Stress and health: journal of the International Society for the Investigation of Stress, 28, 4, 305-318
De Bloom, J. (2012). How do vacations affect workers’ health and well-being? Vacations (after-) effects and the role of vacation activities and experiences. In S.Filep & P.Pearce (Eds). Tourist experience and fulfilment : insights from positive psychology. Oxford : Routledge.
De Bloom, J, Geurts, S.A.E., Taris, T.W., Sonnentag, S, De Weerth, C., & Kompier, M.A.J (2010). Effects of vacation from work on health and well-being: Lots of fun, quickly gone. Work & Stress, 24, 196-216.
De Bloom, J., Kompier, M., Geurts, S., De Weerth, C., Taris, T., & Sonnentag, S. (2009). Do we recover from vacation? Meta-analysis of vacation effects on health and well-being. Journal of Occupational Health, 51, 13-25
Geurts, S.A.E., & Sonnentag, S. (2006). Recovery as an explanatory mechanism in the relation between acute stress reactions and chronic health impairment. Scandinavian Journal of Work, Environment & Health, 32, 482-492.
Hjortskov, N., Rissen, D., Blangsted, A.K., Fallentin, N., Lundberg, U., & Sogaard, K. (2004). The effect of mental stress on heart rate variability and blood pressure during computer work. European Journal of Applied Physiology, 92, 84-89.
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